Cuando era niño (Povedilla)
Cuando era niño,
el pueblo enriquecía mi corazón
con los ecos de la buena vida.
Para mí no existía otro horizonte
que el cielo claro, los cerros,
el río, sus choperas, los juegos
con mis muchos compañeros
y amigos, que vivíamos en Povedilla,
¡qué gran pueblo!
Las horas se extendían como una maravilla,
no teníamos relojes y sí unas ganas locas
de pasar al rato en rencillas
de niños y cabezas vacías.
Cuando era niño
la escuela parecía algo sagrado,
como la iglesia y sus santos.
Qué respeto por las personas mayores,
qué amor por las buenas costumbres,
qué dedicación al trabajo...
En aquellos momentos
vivía en un paraíso,
que ha ido desapareciendo
mientras cumplía años.
¿Cuándo lo reencontraré de nuevo
sin tener que volver al pasado?
Rafael Castillo Morales
El Salobral, 14-1-2010