Es mi corazón
un paraíso de tormentas.
Ahí naufragan mis sentimientos
y lo mejor de mí mismo se pudre
en un manojo deshecho de flores muertas.
Quiero cortar las hierbas
que tanto me estorban;
pero no encuentro sino piedras
que me rompen las hoces,
y me entorpecen la siega,
y me impiden todos los días
liberarme de las penas.
5 comentarios:
Aunque se derrumbe en una noche noche todo lo que hayas construido, a la mañana siguiente vuelve a construir.
Creo que tú eres de esos.
Un abrazo Rafa.
Eso es lo importante en la vida que Rafael vuelva ha construir lo que en un día derrumba con sus tormentas o con su perdón.
Un saludo.
Caramba! Ya quisiera yo escribir la belleza que me rodea. El alma del poeta siempre encuentra caminos por donde dejar su huella.
Gracias, Emilia. Tus comentarios me animan. Me alegro que te llegue lo que escribo. Un abrazo.
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